Condenado un ex guardia civil por obligar a una mujer a prostituirse bajo amenazas

La víctima se vio forzada a prestar los servicios sexuales en varias viviendas del hombre.

La Audiencia Provincial de Almería ha condenado a tres años de prisión al exoficial de la Guardia Civil que obligó a una mujer extranjera a ejercer la prostitución bajo la amenaza de difundir un supuesto vídeo de carácter sexual, para lo que, “prevaleciéndose” de su condición de agente, que incluso destacó al ser detenido por la policía, se aprovechó de la situación de “necesidad y vulnerabilidad” de la víctima.

El fallo, consultado por Europa Press y contra el que cabe recurso de apelación ante el TSJA, por lo que no es firme, considera probado que entre 2008 y 2010 el condenado abocó a la víctima a la prestación de servicios sexuales con la amenaza de que iba a difundir una grabación que comprometía su reputación y de que, posteriormente, “le iba a mandar a unos rumanos”.

 

Las relaciones se desarrollaron tanto en el domicilio del acusado como en varias viviendas de su propiedad “quedándose con la remuneración que pagaban los clientes” por los servicios, varios de los cuales conocieron que la mujer estaba siendo forzada a ejercer la prostitución tiempo antes de que ella misma se decidiera denunciar los hechos tras hacer una consulta ante la asociación Aimur, que atiende a mujeres en riesgo social.

La víctima aportó a la causa un vídeo grabado por el propio acusado en el que mantenían relaciones

La sentencia impone también al exagente una multa de 12 euros diarios a razón de 18 meses así como cinco años de alejamiento e incomunicación con la víctima, que ha estado representada por la letrada Isabel María Ruiz Narváez, del bufete Abis Abogados. También deberá indemnizarla con 30.000 euros por los daños morales.

Según el tribunal de la Sección Tercera de la Audiencia Provincial, de la prueba practicada se concluye que la víctima “vio compelida su libertad de autodeterminación en la esfera sexual” en base a la situación personal de “necesidad” y de la “evidente debilidad frente al acusado”, unido a las amenazas que vertió contra ella.
 

Así, frente a la postura “coherente, constante y lógica” de la víctima en su relato, que se vio corroborado por varios testigos -principalmente clientes a los que explicó su situación antes de denunciar-, la versión del acusado no resultó “creíble” para el tribunal dadas su “evidentes contradicciones”. En esta línea, apunta que el acusado “faltó a la verdad al referir que no tuvo relaciones sexuales con ella” y alegó que “solo le hizo una vez unas fotos para un posado erótico”, a pesar de que la víctima aportó a la causa un vídeo grabado por el propio procesado en el que mantenían relaciones.

Negaba que ejerciera la prostitución para él

El acusado aseguraba que la mujer trabajaba como empleada del hogar o le encargaba regar las plantas y recoger el correo

Del mismo modo, el hombre dio varias versiones sobre la presencia de la perjudicada en sus viviendas, llegando a decir que la tuvo como empleada del hogar en determinados momentos o que el encargaba regar las plantas y recoger el correo en otros, negando siempre que ejerciera la prostitución para él.

“No resulta creíble que durante un periodo de casi dos años se esté ejerciendo la prostitución en el domicilio del acusado, desconociendo éste dicha actividad”, valora el tribunal, que apunta además la testifical de algunos clientes que advirtieron la presencia de un hombre en la vivienda, que llegó a cobrar por los servicios e incluso a identificarse como “policía”. El exagente, de otro lado, mantuvo que solo hizo “dos publicaciones de contactos” en periódicos provinciales por “hacerle un favor” a la mujer o que el teléfono móvil “regalado” con el que concertaban los servicios sexuales “era viejo”, aunque se estrenó en la fecha de los hechos.

“La denunciante fue tajante en mantener la conducta de dominio que el acusado tenía sobre ella, amenazándole en caso de no atender a sus pretensiones, y prevaliéndose de la condición del acusado como miembro de las fuerzas y cuerpos de seguridad del estado, como Guardia Civil, y al ser ella una persona sin apoyo social o familiar en España donde se encontraba de forma irregular”, recalca el tribunal.

Algunos clientes testificaron que vieron a un hombre cobrar por los servicios e incluso identificarse como “policía”

 

Publicaciones en prensa:

La Vanguardia.

Europa Press.

 

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